En los créditos de “arteSano” aparecen, destacados, Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar y Rancapino, palabras mayores que ayudarán (o no) a cerrar las boquitas de los todavía reticentes, esos talibanes que son incapaces de estremecerse con el catálogo de cantes que Poveda despliega en este álbum, ya sean tientos, bulerías, fandangos, alegrías, malagueñas, tangos, soleás, mineras, sevillanas, seguirillas, coplas o nanas: Miguel las expulsa con la naturalidad de los elegidos, con la gracia de los excepcionales. El cante fluye como medicina ancestral, como poesía de y para el pueblo. Hay fiesta y dolor, sabiduría y libertad, frescura y gravedad. “arteSano” es otro hito en la herencia de una música que traspasa epidermis sensoriales y fronteras (mentales y reales). Grande Poveda: como siempre, como nunca.

Da miedo pensar en lo que nos puede ofrecer en el futuro