El mayor robledal de España y uno de los mejores conservados de Europa, destacando por albergar una de las comunidades vegetales y animales más ricas de Europa. Está ubicado dentro del Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, en Asturias.

El turismo rural tiene una amplia representación en la Reserva, con multitud de excelentes casas, distribuidas en todo el entorno en lugares donde la imaginación nos transporta a otras épocas.

La cocina de esta zona de Asturias destaca por los embutidos, el queso, la caza y sobre todo por la carne “roxa” y el vino. Como plato fuerte es típico, sea cual sea la época del año, el pote, preparado con berzas y patatas, acompañado del indispensable compango, a base de chorizo, morcilla, lacón y tocino. El ritual de la matanza del cerdo aún pervive en los pueblos, siendo sus productos parte importante de la alimentación.

Los pequeños recorridos ponen a disposición del visitante los recursos etnográficos, ambientales y culturales de la Reserva, así como los gastronómicos.

El Gran Recorrido GR 203, “Por donde camina el oso”, proporciona un conocimiento de toda la Reserva.

Todo comienza en Tablizas, el centro de recepción de la reserva de Muniellos. También conocido como Casa del Guarda.

Hasta allí debemos acudir para iniciar la visita. Tras dejar el automovil aparcado (dispone de amplio aparcamiento tanto para coches como para autobuses), debemos presentarnos en el Centro de Recepción. Un acogedor edificio en el que el guarda nos dará la bienvenida, comprobará nuestra reserva.

En el edificio, una pequeña exposición nos pondrá en antecedentes de lo que nos espera durante nuestra jornada en el parque. El guarda nos informará de la ruta, y nos dará algunos consejos para disfrutar de la jornada. Impacientes por empezar, debemos decidir como realizaremos la visita. Disponemos de dos rutas la del río (la más bonita y la más facil de realizar) y la de Fuenculebrera (más larga y difil). Ambas rutas tienen el mismo inicio y final, por lo que se pueden realizar ambas en forma de anillo (recomendable).

Al final de ambas podemos subir a las lagunas, visita obligada que merece mucho la pena.

Ya de regreso cansados pero encantados con la visita, el guarda nos saluda de nuevo e intercambia impresiones con nosotros. Solo nos queda regresar y esperar un año para solicitar una nueva visita.